Un problema de difícil resolución en el embarazo es el tratamiento de pacientes con trastornos psiquiátricos, fundamentalmente debido al riesgo añadido que conllevan los fármacos que necesitan para el control de los síntomas.
Un reciente estudio, publicado en agosto de este año en la revista American Journal of Psychiatry, muestra que las pacientes que reciben fármacos antidepresivos durante el embarazo tienen menos riesgo de presentar partos pretérmino y de requerir cesárea si se comparan con las pacientes que tienen problemas psiquiátricos pero no son tratadas. Posiblemente, la razón de estos resultados es la disminución que se produce en los síntomas depresivos en las mujeres tratadas. Sin embargo, los medicamentos se asocian con un riesgo aumentado de efectos adversos en el recién nacido, incluyendo una puntuación más baja en el test de Apgar y una mayor necesidad de ingresar en la Unidad de Cuidados Neonatales.
El estudio se realizó en Finlandia. Para ello se evaluaron más de 845.000 partos que tuvieron lugar entre 1996 y 2010. Entre ellas, más de 15.000 recibieron fármacos antidepresivos, más de 9.000 tenían trastornos psiquiátricos, pero no recibieron medicación, y se eligieron más de 30.000 casos sin estos problemas como control.
No se encontró aumento de riesgo de anomalías congénitas o problemas como hipertensión en el embarazo.
Según los autores, sus hallazgos pueden ayudar a individualizar los casos, para decidir si se pauta o no tratamiento, pensando que en algunas ocasiones el uso de fármacos antidepresivos tiene ventajas que superan a los riesgos. La decisión se tomará en función de los antecedentes personales y reproductivos de la paciente.
El estudio tiene algunos problemas metodológicos, como sucede con todos los trabajos retrospectivos (en los que se recogen datos de lo que ha pasado con anterioridad). De él no se pueden sacar conclusiones definitivas, pero sí nos puede ayudar a decidir en casos concretos.