Afrontamiento del dolor

Afrontamiento del dolor

Tras el paréntesis impuesto por las restricciones COVID vuelven las reuniones científicas y congresos médicos.

Recientemente he podido participar en dos de ellos. En Bilbao , en el 17 Congreso de la Sociedad Española del Dolor presentando la ponencia “Novedades en el tratamiento de la Endometriosis” dentro de la Mesa “El dolor en el cromosoma X”. Pocos días después , en Murcia, en el 36 Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) con la ponencia “Afrontamiento del dolor” dentro de la Mesa “Dolor pélvico crónico, qué hacer.”

En este segundo congreso uno de los ponentes de la Mesa citó una frase de Albert Schweitzer : “el dolor es para la humanidad un tirano más terrible que la misma muerte”. Es una fiel descripción de lo que observo a diario en la consulta: pacientes tiranizadas por un dolor persistente, inútil y limitante que afecta a todos los ámbitos de su vida (laboral, social, familiar y emocional).

Semanas antes mientras preparaba esta ponencia me resultaba difícil exponer a mis colegas ginecólogos cuestiones tan psicológicas acerca de cómo enfrentar el dolor. Y encontré un estudio que respondía a una de esas preguntas que constantemente nos hacemos y que quise compartir: ¿qué esperan las pacientes con dolor pélvico crónico cuando acuden a consulta?

(Estudio: “What makes a chronic pelvic pain patient satisfied?” Journal of Phychosomatic Obstetrics and Ginecology. 2018. Wyant y colaboradores)

Las conclusiones del estudio son inesperadas ya que el alivio del dolor, que podría intuirse como primera expectativa, no lo es. Lo que esperan las pacientes es encontrar una actitud atenta y comprensiva en el profesional médico; encontrar tiempo de escucha y que sea tiempo de calidad. Esperan que se las crea. Algo que puede parecernos tan básico ,en realidad y por desgracia ,no ocurre siempre. Y provoca, demasiadas veces, una peregrinación de visitas a numerosos especialistas que sin confiar en la veracidad de ese dolor relatado y de difícil diagnóstico terminan desertando en la búsqueda de alternativa para ellas.

Otra pregunta que incluí en la ponencia fue ¿qué podemos hacer cuando después de poner tratamiento no conseguimos eliminar el dolor por completo? Porque la cruda realidad es que tenemos pacientes que se restablecen por completo, otras mejoran bastante… pero desgraciadamente son muchas las pacientes en las que el dolor persiste. También es parte de nuestra labor acompañar en el proceso de aceptación del dolor. Con un equipo multidisciplinar que incluye ginecólogos, rehabilitadores, fisioterapeutas, psicólogos y psiquiatras trataremos de ayudarles a conducir su vida para conseguir disminuir la ansiedad que las bloquea.

En este punto me pareció interesante mencionar la Resiliencia: capacidad de una persona para superar circunstancias traumáticas afrontando las crisis. Cualquier persona es capaz de desarrollar la resiliencia a lo largo de su vida para afrontar la adversidad. Los profesionales médicos tendremos que colaborar con las pacientes en la búsqueda de herramientas y recursos para potenciar la superación y la fortaleza en cuatro formas de energía: física, mental, emocional y espiritual. La no aceptación del dolor provoca una lucha infructuosa y desgastante que no permite reconducir la vida. Una herramienta es el Mindfulness que ayuda a modular la percepción de la intensidad dolorosa y puede aligerar la carga depresiva que acompaña al dolor pélvico persistente. No se trata de resignarse sino de aceptar las circunstancias y reestructurar los recursos psicológicos en función de las nuevas necesidades y posibilidades.