Debates sobre salud femenina

El día 13 de mayo participé en una reunión convocada por la casa comercial AMS (American Medical System), llamada «Los debates sobre salud femenina» en la que se trataron distintos aspectos del tratamiento de los problemas del suelo pélvico en la mujer.
El que más me interesó fue el referente al uso de mallas en la cirugía del prolapso. Es un tema recurrente en los congresos de la especialidad, y tenemos que llegar a acuerdos sobre cuál es su uso más indicado.
Cuando una mujer presenta sintomatología de prolapso, debe conocer cuáles son las opciones de tratamiento, con sus correspondientes ventajas e inconvenientes. A grandes rasgos, existe la posibilidad de tratamiento conservador, con uso de pesarios y fisioterapia, o tratamiento quirúrgico. Y dentro del tratamiento quirúrgico existen diferentes vías de acceso (desde la vagina o desde el abdomen) y distintas técnicas (con o sin utilización de mallas).
Clásicamente se utilizaban técnicas que hemos pasado a llamar clásicas, que tienen un cierto riesgo de fracasar, es decir, de que reaparezca el prolapso. Para mejorar los resultados se diseñaron las mallas, que son prótesis de tejido biológico o sintético, que se implantan en la zona donde se ha producido el defecto que ha dado lugar a la aparición del prolapso. La idea es que alrededor de la malla crecerá el tejido de la paciente, evitando que se vuelva a producir el prolapso. Las mallas han demostrado un mejor resultado anatómico y una disminución del riesgo de recidivas. Sin embargo esto es a expensas de aumentar el riesgo de que se produzcan complicaciones, fundamentalmente erosión y dolor, que desgraciadamente en ocasiones son difíciles de resolver.
En reuniones como la del pasado 13 de mayo, tratamos de sentar las bases sobre cuál es el mejor tipo de malla (pues es evidente que no son todas iguales) que se puede emplear, cuales son las indicaciones precisas para utilizar malla en la reparación del prolapso (pues no hace falta en todos los casos), y qué tipo de información se debe proporcionar a la paciente, para que pueda dar su opinión en la toma de decisiones.